A partir de una observación rigurosa de los elementos naturales en sus diferentes estados busco esa tensión que se da entre lo bello y lo sublime, y que revela potencias que exceden al saber humano a la vez que forma parte de él. Mientras lo bello encanta, lo sublime conmueve. Lo sublime ha de ser siempre grande, dice Kant, “una gran altura es tan sublime como una profundidad”.

Estas imágenes , tomadas en la Patagonia Argentina y Chilena a principios de 2020, desvelan parte de un relato que la tierra nos cuenta.